miércoles, agosto 19, 2009

2.739 kms. después...

Pues sí, esa es la distancia que hemos recorrido Anabel y yo desde el 11 al 16 de agosto en coche, recorriendo algunos de los lugares más bonitos y espectaculares de Europa. Las fotos que acompañan a esta entrada, que hicimos nosotros mismos, os darán una idea de los lugares que hemos podido recorrer y que seguro que algún día volveremos a visitar.

1er día: Comenzamos el viaje haciendo una parada para almorzar en Cadaqués, visitando sus calles y su pequeño puerto marítimo encontrando unas vistas muy bonitas de la ciudad. Sin descanso y esa misma jornada nos dirigimos a Carcassonne donde pudimos visitar la fabulosa fortificación y ciudad medieval adentrándonos por sus estrechas callejuelas hasta ver caer la noche en ellas. Las vistas de la fortificación eran imponentes con los juegos de luces y sombras que producen sus enormes estructuras y que provocaban admiración a los turistas que allí estábamos. Después de un largo día, pasamos la noche en un hotel de la ciudad.



2º día: Por la mañana nos dirigimos en un viaje de 5 horas, atravesando gran parte del este de Francia, a los pies de los alpes: Annecy la ciudad conocida como: "La Venecia de los Alpes". El lago que domina la pequeña ciudad, rodeado de majestuosas montañas, ofrece unas vistas dignas de ser admiradas por la enorme calma y belleza que transmite. Estuvimos recorriendo sus calles y haciendo fotos a todo lo que nos llamó la atención. También recuerdo con agrado la mágnifica cena que disfrutamos a orillas de uno de los canales que bordea al Palacio de l´Ille, según nos dijeron, segundo monumento más fotografiado de toda Francia. Ese día también hicimos noche en un hotel de la ciudad.







3er día: El tercer día fue un "no parar!!", jeje. Por la mañana entramos a Suiza (previo pago obligado en la frontera de "La Vignette", 27€ o 40FS, ya que en Suiza se paga esta cantidad para la libre utilización durante todo un año de las autopistas que recorren todo el país) y la primera y obligada parada era Ginebra, ciudad con enorme actividad por todos y cada uno de sus rincones. El espectacular Jet d´eau capaz de impulsar y mantener constantemente un chorro de agua de 200 metros de altura puede apreciarse desde cualquier punto de la ciudad que esté a orillas del Lago Leman, extensión de agua de casi 600 km cuadrados y que sirve gran parte de él como frontera natural entre Francia y Suiza. El reloj floral situado en el jardín Inglés de la ciudad no deja de resultar curioso de ver. También estuvimos recorriendo la ciudad visitando algunas de las calles más céntricas y comerciales. La siguiente parada fue el palacio de las Naciones Unidas lleno de historia y todo un símbolo para la humanidad por lo que representa. Después de comer nos dirijimos a Lausanne para dejar las maletas en el hotel ya que el resto del día se presentaba muy ocupado y era muy posible que tuvieramos que llegar al hotel para hacer el checking después de medianoche, así que mejor recorrer unos kilómetros y dejar ese tema zanjado. Una breve visita a la ciudad en coche para dirigirnos al Château de Chillon, precioso castillo construido sobre el propio lago Leman, lleno de encanto y misterio.
Desde allí y por una maravillosa y espectacular ruta de 136 km desde Aigle a Interlaken, recorriendo valles y montañas por carreteras comarcales, disfrutamos de más de dos horas de viaje por unos paisajes de ensueño típicamente tiroleses, parando en muchísimas ocasiones a tomar fotografías del entorno que nos rodeaba, sinceramente me hubiera gustado que hubiera durado otras dos horas más. Atravesamos los pequeños pueblos de Château d´Oex, Saanen, Zweisimmen, todos ellos de enorme vistosidad y encanto. Al llegar a Interlaken y viendo que la noche se nos echaba encima decidimos ir hasta Berna para cenar y visitar la capital suiza, famosa por su dinámica vida nocturna. Nos chocó mucho que en Ginebra y Laussanne se hablara en francés y en Berna la lengua dominante fuera el alemán y eso que todas pertenecían al mismo país y con sólo 160 km. de distancia de una a la otra. Para terminar este largo día bajamos de nuevo a Laussanne para llegar al hotel sobre las 00:30h.










4º día: De nuevo cogemos el coche y descubrimos otro de los recorridos más bonitos y espectaculares que deberían hacerse por lo menos una vez en la vida (igual exagero un poco, no? jeje), de Laussanne a Turín (en Italia) a través del túnel del Mont-Blanc, teniendo que llegar para ello hasta el pueblo de Chamonix. La carretera hasta allí es un continuo subir y bajar montañas entre pequeños valles salpicados por pequeños pueblecitos con casas de madera. Paramos a las afueras de Chamonix para almorzar y disfrutar de las vistas del Mont-Blanc, daban ganas de dejar el coche y comenzar a caminar montaña arriba para llegar lo más lejos posible. Con el estómago lleno nos dirijimos a la entrada del túnel del Mont-Blanc , con casi 12 kms. de longitud es uno de los túneles más largos del mundo y que se tardan casi 15 minutos en atravesar (el límite de velocidad está entre 50 y 70 km/h) para acabar saliendo por la boca sur del túnel ya en territorio italiano. Después unas 2 horas más de autopista hasta llegar a Turín.
La ciudad de Turín engaña ya que de apariencia fea y descuidada con mucha suciedad y desorden por todos sítios (y con sensación de inseguridad en según qué zonas), se llega al mismo centro de ella, con un encanto y belleza extraño, y digo extraño porque no te explicas como para llegar hasta allí hay tanto caos y luego en medio de la nada todo parece hermoso. De verdad muy desconcertante. Tras una romántica y típica cena italiana en una bonita terraza en el centro y un paseo nocturno por sus alrededores (sin alejarse mucho), de nuevo a descansar al hotel.




5º día: De nuevo en la carretera, ¿destino? Mónaco y Cannes. Tras 3 horas de autopista, aparecemos sobre un mirador desde el que se divisa todo el principado y donde hacemos algunas fotos. Con mucha precaución (para pasar por según que calles hay que cerrar los ojos y decir: "allá vamos!!") bajamos en coche hasta el mismo puerto deportivo y consigo aparcamiento gratuito en la misma puerta del Automobile Club of Monaco en pleno paseo marítimo, delante de la línea de meta del GP de F1 de Mónaco, cosas que sólo pasan una vez en la vida!! Al bajarte del coche y a 50 metros tenemos yates de lujo para dar y regalar, el primero que vemos tiene como nombre "Un juguete más". Dos minutos después topamos con un Ferrari Enzo aparcado junto a un yate y piensas... será casualidad? pero conforme sigues caminando y ves que allí los Porsche, Mercedes, Bentley, Rolls Royce, Ferraris, etc. son lo más normal del mundo te das cuenta de donde estás. Subimos caminando hasta el Casino y vemos un gran barullo de gente en la puerta del Hotel París, el espectáculo era un ir y venir de coches de lujo de huéspedes del hotel que llegaban o marchaban en coches de más de 200.000 euros. No deja de ser curioso el observar la actitud de esta gente que, bajándose de un Rolls Royce descapotable sin ni siquiera para el motor ni sacar las maletas, el caballero abre la puerta a su esposa que lleva en brazos un perrito y éste con un collar de diamantes en el que ponía "Romain" (supongo que era el nombre del chucho) saludan al botones y suben las escaleras del hotel con una tranquilidad pasmosa. Un minuto después aperece un explosivo Ferrari California rojo y se baja un tipo (parecía un jeque árabe pero sin turbante) y sin cerrar la puerta del coche se mete en el hotel muy tranquilo, el botones con sombrero de copa incluido, se sube inmediatamente y lo aparca con exquisita precisión al lado de un Lamborghini a excasos 5 centímetros de su parachoques. Al momento aparece un Bentley y lo mismo, esto parece una peli, jeje. A los cinco minutos decides seguir caminando porque este espectáculo ya lo has visto antes. Caminamos siguiendo el recorrido del GP de F1 por las famosas calles de Mirabeau, la curva de Loews, Portier, el túnel y volvemos a subir por un ascensor "gratuito!!" hasta el mirador del casino para volver a bajar al puerto deportivo por las también famosas Masenet, Beau Rivage y Saint Devote. Es curioso ver que los bordillos blancos y rojos del gran premio están instalados permanentemente durante todo el año. Una última visita y foto a "La Rascasse" el restaurante donde durante los días de GP sólo tomarse un café en su terraza cuesta alrededor de 5000€, eso sí, el otro día costaba 3€.
Siguiente parada: Cannes, después de 50 minutos de autopista. Llegada al hotel, dejamos las maletas y a visitar la ciudad, són alrededor de las 19:00h. Justamente esa noche y a las 22:00h en el puerto, es la final de la competición de fuegos artificiales que se ha estado celebrando durante el verano así que hay que buscar donde cenar para hacer tiempo hasta esa hora.
En el puerto también puedes admirar los yates de lujo amarrados y a sus dueños cenando en las terrazas de sus "barquitos" servidos escrupulosamente por su personal de servicio, todos, y cuando digo todos, tenían camareros y cocineros preparando y sirviendo la cena en cubierta. También hay que hacer mención a la terraza donde estaban cenando los huéspedes del hotel Carlton Cannes, un mundo aparte. Tras el espectáculo de lujo, riqueza y fuegos de artificio, de vuelta al hotel a descansar que mañana tocaba un largo viaje de vuelta a casa.










6º día: domingo 16 de agosto, hay que volver a casa, 660 kms. y siete horas de viaje (con sus pausas de descanso incluidas) así que a las 19:00h y 2739 kms. después, volvíamos a estar en casa y es que tal y como dice el refrán: "como en casa en ningún sítio..."

Hasta la próxima!!